19.9.11

Cultura de la violencia

Salieron de San Isidro

México. Septiembre del 2011. Situación actual: Posiblemente una guerra civil. Nuestro realidad se ha resquebrajado, la gente ha perdido la esperanza –si aún quedaba alguna– y poco a poco hemos perdido el sentido común para convertirnos en el país que más sufre la necesidad de drogas en otros países, y que, además, por un contagio cultural ha impregnado a nuestro país de esa necesidad.

El mes pasado sucedió una de las tragedias que más han sonado en la historia reciente de nuestra nación, un grupo de personas, en una casa de apuestas perdieron su vida en un incendio provocado, pasando por mucho los límites de la violencia a los que, lamentablemente, ya nos habíamos acostumbrado. La diversidad cultural es algo obvio y persistente en nuestra realidad.

Podríamos dividir al pais en tres cuyo único vínculo cultural es el llamarnos mexicanos, pero que, de un punto a otro de estas regiones son muy diferentes las ideologías y costumbres. La separación cultural obligatoria es por zonas geográficas, el norte, el centro y el sur.

La zona más afectada por la violencia es el norte, dominada por los diferentes grupos narcotraficantes los gobiernos y ayuntamientos son un remedo de mandatarios que pretenden controlar una situación que hace mucho se les ha ido de las manos y ellos son los únicos que parecen no haberse dado cuenta.

En esta región ha nacido algo que hoy conocemos como “Narco-Cultura”. Esta Narcocultura, como todas las Culturas, es un reflejo de la realidad que se vive día a día en una región. En este caso violencia, machismo, autoritarismo, y principalmente caos. Como muestra de incapacidad y desconocimiento de lo que gobiernan muchos políticos han intentado prohibir estas expresiones culturales, esconderlas, que la cultura no refleje éstos conflictos, que la cultura no sea cultura ya que no es la muestra de ninguna sociedad. Si la sociedad está descompuesta la cultura demostrará esa descomposición.

La banda norteña, los carros del año.

Vivimos en una sociedad de consumo. A diario se nos bombardea con información de multiples orígenes invitándonos a comprar algo que no es fundamental para sobrevivir, buscamos ese estatus. La imagen dice mucho más de nosotros de lo que quisieramos decir.

México tiene como país fronterizo al norte a la nación más poderosa económica y políticamente del mundo, Estados Unidos, este desarrollo, producto de las grandes marcas que se han consolidado a nivel global, hace que sus habitantes necesiten estar actualizados con la última moda, lo último en tecnología y lo más caro para demostrar su desarrollo.

La competencia no se gana venciendo a la competencia, se gana demostrando que tienes más que el enemigo. La gente en Estados Unidos consume para demostrar que son mejores que la gente que no puede consumir. Esa ideología ha invadido México, la diferencia es que nuestra nación está en desarrollo. La gente no tiene la misma capacidad económica que en Estados Unidos y aún así intentamos consumir como ellos. Las marcas generan esta necesidad presentándonos productos que aparentan ser de un estilo de vida de clase económica alta para sabernos y sentirnos mejores que los que no pueden comprarlos.

La violencia surge desde el momento en que un mexicano le demuestra a otro que él tiene más y que el otro jamás podrá ser como el primero. El estatus bajo este principio es muy caro para la mayoría de mexicanos.

La situación de desigualdad es tal que para muchos la supervivencia económica como familia se ha vuelto muy cara con lo poco que se paga en los trabajos. El narcotráfico ofrece un salario que muy pocas empresas pueden ofrecer, miles de personas, acostumbradas o anhelantes de un estilo de vida, ven en el trabajo ilegal una opción para “salir adelante”.

Con esto no estoy condenando a los pobres, afortunadamente en México somos fervientes católicos en la mayoría y las reglas de esta religión nos impiden, moralmente, buscar un estilo de vida violento con el prójimo, aunque, el pensamiento posmoderno y a favor del beneficio propio poco a poco ha terminado con esa visión en muchas personas. La violencia y el crimen se vuelven atractivos cuando nuestro estila de vida deja de serlo.

Yo soy el jefe de jefes señores.

Competir por ser el mejor . SER EL MEJOR ¿Qué significa mejor? ¿Cómo se mide? ¿De qué sirve? La competencia tiene sus ventajas, genera productos de mejor calidad, el estatus se demuestra en esto.

La droga deja mucho dinero, este dinero compra el estatus, pero para eso genera muchas otras necesidades antes. La primera, la dependencia hacia estas sustancias. Sin clientes no hay negocio, sin negocio no hay dinero, sin dinero no hay estatus.

Uno de los principales debates de la actualidad gira en torno a la legalización de las drogas que htasta la fecha se han considerado ilegales, algunos de los argumentos son el turismo, el fin de la violencia y el cobro de impuestos por la venta de estos productos. Esto es legalmente viable, además podría producir mucho más a favor que en contra, sobre todo si nos consideramos personas racionales y responsables de sus decisiones, lamentablemente no somos ni racionales ni responsables de nuestras decisiones, mucho menos de nuestras acciones.

Las drogas podrían legalizarse solamente en una situación, cuando los posibles consumidores estén informados imparcialmente sobre sus beneficios y sus riesgos, de sus implicaciones sociales y de las consecuencias a la salud.

Mientras esto no suceda el principal riesgo es que el consumo incremente y la sociedad, enajenada por los estados alterados de consciencia pierda el sentido de sociedad y lo único importante sea consumir más para la satisfacción personal.

Actualmente esto sucede, nuestras necesidades imperan sobre las necesidades ajenas, por lo tanto nos negamos a hacer algo que genere beneficios a alguien que no seamos nosotros. Solo importa el individuo, toda filosofía ha perdido validez, lo único y el único que debe preocuparme soy yo, y si alguien se interpone en mi bienestar debo destruirlo. El bien común se ha privatizado.

Entre todos los granjeros la tenemos que amarrar...

Recientemente en la red social de microblogs Twitter leí una firma con la que muchos participantes terminaban sus mensajes: #MexicoUnido. En todas las culturas siempre existe una cultura paralela y muchas veces contraria a la cultura principal.

En México vivimos una cultura de violencia, pocas son las personas que se preocupan verdaderamente por el prójimo, a pesar de que en el último censo la mayoría afirmó practicar la religión Católica. Esta cultura de violencia ya tiene una respuesta contracultural, la paz.

Muchos mexicanos estamos hartos de que los hechos como el del pasado mes en Monterey se vuelvan cotidianos y dejen de ser noticia a las dos semanas. Estamos hartos de que dejen de ser noticia porque algo peor sucedió en ese periodo de tiempo y lo hayamos olvidado por una nueva indignación.

Una cultura de paz paralela a la cultura de violencia, la sociedad no soporta tanto sin romperse y cuando se descubre que la rompió en la reconstrucción se procurará no volver a equivocarse de esa manera. Aún hay un poco de esperanza. Aún hay algo que hacer.

Feliz cumpleaños Bloc de Netas

Cine para imaginar. Así se llama el nuevo proyecto en el que estoy trabajando y que, sin querer, ha compartido tiempo con todas las demás actividades orillándolas a los vestigios de mi día más ocasiones de las que deseo. Sin embargo, lo disfruto.

Es por eso que hoy, cuatro días después del cumpleaños oficial de este blog, estoy escribiendo unas cuantas letras que le debía desde hace algunas semanas.

Escribir es una necesidad, y se vuelve una adicción de la que sabes que no puedes escapar cuando te das cuenta que no puedes hacer nada más. Que es la única manera de reivindicar tu alma rebelde al negar todas las profesiones coherentes con las necesidades de la realidad actual.

Escribir es una adicción. un poema y todo está perdido, un día me di cuenta de que jamás podré amar a alguien enteramente pues mi principal amor será la literatura. Poema tras poema afirmaré los sentimientos que en mí libera y que han sido negados a una gran parte de la sociedad.

Escribir es una habilidad que tenemos pocos, por lo tanto hay que cuidar y practicarla, para que no se pierda esta capacidad y nos superemos a diario en esta competencia de crear una historia más profunda, con mejores figuras literarias y que de un momento a otro ayude a robar o recuperar el aliento a cualquiera que la lea.

Escribir es jugar a "mira lo que yo puedo hacer con las letras y tú no". Es un juego egoísta. Un juego donde, a pesar de la competencia, ganan autor y lector.

Escribo porque lo necesito, porque mi cuerpo me exige imaginar. Pero hoy no escribo, hoy escucho y escucho y vuelvo a escuchar el mismo cortometraje que he estado editando y que, a través de mis palabras, ayudará a imaginar.

24.8.11

Porque todos somos poetas LXV

Poema imperfecto

Incómoda alegría
Desborda mi cuerpo
Inunda mi vida.
Anhelo

Un cielo sin dueño
Que exploro a diario
Imagino un mundo
Extraño

La tierra mojada
El pasto
La luna que se esconde
Amada

Un día ya sin luna
El sol en lo alto
¿Cuándo?
Una figura

Finalmente el cielo
Lo inundo de mi vida
Figura femenina
Y la luna que, tímidamente, en sus ojos brilla.

6.8.11

Lluvia

Cuando era pequeña no había nada que esperara con más anhelo que la llegada del verano. Cada que sonaba la última campana de la escuela salía corriendo a mi casa a preparar las maletas para visitar a mi abuelo Javier y mi abuela Valeria.

Ese año había llovido como ningún otro, por lo que no pude correr hasta mi casa. Esperé a que mi mamá llegará a la puerta del colegio ya con mi maleta hecha, listos para emprender el anual viaje al rancho naranjero en Álamo Veracruz.

Llegué al rancho y pensé que sería un verano muy aburrido, pues, por las lluvias, no había la posibilidad de salir a jugar con los hijos de los campesinos o de ir a nadar al río como siempre lo hacía cuando el calor resultaba insoportable.

Mis abuelos, cuando llovía acostumbraban encerrarse en su cuarto y sellar el espacio entre la puerta y el piso con una toalla. Mi mamá me prohibía acercarme a su cuarto en esos momentos desde que yo tenía cinco años; ahora tengo catorce.

Una mañana no llovió; simplemente estaba muy nublado, por lo que mi abuelo aprovechó para ir a sembrar las naranjas del próximo año. Yo me quedé a recorrer el rancho, pues en ese tiempo habían hecho algunos cambios que aún no conocía.

Mi mamá siempre me regañaba porque decía que no era propio de una señorita andar entre tanto hombre como si nada y mi abuelo decía que no le hiciera caso y que jugara cuanto quisiera.

Esa mañana, me acompañó Pepe, hijo de don Juan, uno de los campesinos más allegados a mi abuelo. Pepe siempre había sido mi compañero de aventuras en la infancia. Él me enseñó a nadar en el río, a trepar a los árboles y a caminar por el campo sin que ningún insecto me picara.

Él tenía 17 años ahora, había crecido casi 20 centímetros en un año y me saludó con un “hola” y un “te he extrañado mucho”. Estábamos en medio de los naranjos cuando comenzó a llover; con esa lluvia se desbordó el río e inundó gran parte del rancho, pero eso no lo sabría hasta una semana después.

Mientras, Pepe y yo nos resguardamos en una de las cabañas que mi abuelo había construido para que descansaran los campesinos al medio día. Ahí, a media luz, su mirada era diferente, sus hombros se habían hecho más anchos. A oscuras veía todos los cambios que habían sucedido en su cuerpo mientras yo estaba estudiando. Se quitó la camisa y la puso entre el piso y la puerta de la cabaña. Me abrazó para quitarme el frío y un calor llenó todo mi cuerpo por 4 días, que fue lo que tardó la lluvia en terminar.

Cuando regresé a mi casa, mi mamá me recibió con un “Hija de la chingada ¿dónde te metiste todos estos días? ¿Qué no has visto cómo está el río? Yo pensando lo peor y tú llegas tan campante” y, como punto final, una cachetada bien dada. Mi abuelo la tranquilizó; yo expliqué que me había resguardado de la lluvia, pero que la lluvia tardó más de lo pensado.

Pasó el verano y fuí a despedirme de Pepe, que había estado ocupado tratando de controlar a la naturaleza con todos los demás hombres de la finca; me dió un beso en la frente, le pregunté si me amaba y me dijo: “Eres como la lluvia, cuando no estás ruego porque llegues, pero ahora no puedo controlarte; será mejor que esperemos.”

Me fuí del rancho llorando las seis horas que tardamos en llegar a Puebla con la esperanza de que llegara pronto la próxima sequia y su eventual temporal.

11.7.11

Porque todos somos poetas LXIV

Unos ojos.
Esos ojos que brillan entre gris, verde y violeta.

Grandes, inmensos.
Mar en que nado como si nada perdiera,
pero en esos ojos pierdo cordura,
destilo demencia,
me entrego al anhelo,
me pierdo, me pierdo, me pierdo...

Un instante.
¿Y luego?
No puedo.

Unos ojos.
Esos ojos que nunca miraron
Y, sin embargo, miran
Pero nunca a mi lado
Porque esos ojos...

¿Por qué esos ojos?
Esos ojos que destilan demencia
Esos ojos que se entregan al anhelo
Esos ojos que se pierden, se pierden, se pierden...

Ese instante
Ese instante nunca conmigo.

27.6.11

Porque todos somos poetas LXIII

La pluma se quedó sin tinta
El lápiz sin grafito
La impresora sin cartucho
La piedra sin martillo
El papel sin un poema
Por eso
Y nada más por eso
Hoy sobre tu cuerpo escribo.

Porque todos somos poetas LXII

Te quiero desesperanzada
Que no encuentres más luz que la que te doy con mis manos
Que no vivas si no es para tenerme en tus brazos
Que no sueñes si no sueñas que soy tuyo y te amo
Que no duermas si en la noche no estoy a tu lado.
Te quiero ilusionada
Que anheles mi sueño aunque no amanezca en tu cama
Que mueras de sed porque mis besos jamás serán agua
Que imagines otro mundo a partir de mi mirada
Que todas las noches me digas que sin mi no eres nada.

Te quiero de rodillas
Que de mis manos comas y de mi vida vivas
Que de mis sueños sueñes y sin mi sol no brilles
Que cada instante ruegues
Que a nadie imagines.
Porque soy nadie
Porque estoy sólo
Porque insoportablemente te extraño.

Hoy
Hoy cínicamente te diré que te amo
Hoy te diré que no encuentro esperanza si no espero en tus brazos.

13.6.11

Amor bucólico

20 de septiembre de 2010

Estoy en mi habitación, entre dormido y despierto. Las sábanas caen pesadas sobre mi cuerpo. Sombra corta de las patas de la mesa, y el silencio domina mi tos. Luisa ya no está.

Ya no estará jamás en su jardín, donde todas las noches veía al cielo, donde nunca dormia vigilando a las estrellas y la luna y de un momento a otro me decía “Amado mío: La luna acaba de asomarse y la escucho cantar; todo es tan indescriptiblemente bello.” y yo bajaba y veía el cielo nocturno a su lado. Eso jamás volverá a pasar.

22 de septiembre de 2010

Hoy iba caminando por la calle cuando de repente se apareció Muriel. Su aspecto no podía ser más repulsivo; despedía un olor a loción barata; su cara, polveada, quería cubrir las arrugas, tenía la boca embarrada de lápiz labial mal aplicado y el pelo daba la impresión de estar teñido. Parecía un padrote de pies a cabeza. Le conté que extrañaba muchísimo a Luisa, que no podía vivir sin ella, que sentía que mi vida se iba al carajo si pasaba las noches en su jardín sin mirar el cielo a su lado. Él me recomendó que visitara una mansión en el centro, que preguntara por la dueña del lugar y que ella me llevaría con una mujer para curarme la tristeza.

24 de septiembre de 2010

En mi agonía de desamor comencé a delirar, confundo el sueño con la realidad. Hoy amanecí con todas las flores del jardín junto a mi cama después de haber soñado que las arrancaba. Si un hombre atravesara el Paraíso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que había estado allí, y si al despertar encontrara esa flor en su mano ¿entonces, qué? ¿qué es lo real?

Necesito curarme, haré caso de las recomendaciones de Muriel.

25 de septiembre de 2010

Hoy fui a la casa que me dijo Muriel, cuando llegué dije que él me había referido. “Entonces tendrás atención de rey”, me respondieron. Pasé por toda la casa antes de llegar al cuarto que me tenían preparado. La mansión era en verdad hermosa, por más que la fachada se encargara de negarlo. La calle no daba cabida para el cielo al que había ingresado, un cielo repleto de ángeles que caminan por sus pasillos semidesnudas, donde en las habitaciones cerradas se escucha el placer y huele a velas perfumadas y pasión. Imaginé que sería caro, pero me dijeron que los amigos de Muriel teníamos nuestras tres primeras visitas pagadas, que él era un excelente cliente y que iba casi a diario.

Llegué a una habitación muy bien iluminada. En el centro había una cama en forma de corazón con una mujer a cada lado, mi lugar estaba en medio de ellas. Ya no existe el amor cortés, así que no puedo decir que hicimos el amor.

Ya no existe nada, ni las flores que cultivé en el jardín de Luisa, ni siquiera pude sacarle provecho a esas flores tan finas. Bellas orquídeas que saldrían congeladas, en avión, a las mil ciudades donde aún quedara una mujer con fe en las insinuaciones corteses. Sin embargo, eso no era más que una ilusión, actualmente. Ahora, sólo queda el sexo.

26 de septiembre de 2010

Muriel estaba ahí, volví a ir al prostíbulo y lo encontré, ni siquiera había llegado a la habitación; se había quedado en el vestíbulo con dos mujeres bellísimas, volteó a verme y me sonrió. “¿A quién quieres hoy, Justino? ¿A poco no se olvida a cualquier mujer entre éstas bellezas? Inclusive a tu idolatrada Luisa...”

Antes de que terminara la oración, lo tomé del cuello de su camisa desabotonada y lo tiré al piso, comencé a golpearlo brutalmente, hasta dejarlo casi inconsciente, lo levanté fácilmente y lo lancé contra un trinchador de cedro muy costoso y firme sobre el que había un florero.

Ahí estaba Luisa, la maldita flor se había vuelto un adorno en un putero y por eso Muriel quería que conociera ese lugar. Destrocé el florero en su cabeza y comenzó a salir sangre a borbotones de sus heridas. Las mujeres estaban a mi alrededor, gritaban, lloraban, unas consolaban a otras mientras en la calle sonaba una sirena y en la puerta tres golpes secos.

Tomé a Luisa antes de ser apresado y la puse en el bolsillo de mi camisa. Maniatado por la espalda salí del lugar.

28 de septiembre de 2010
Ahora entiendo que debí de creer en Muriel, él me había mandado al prostíbulo para curarme del amor hacia Luisa, pero hay que matar a los hombres para poder creer en ellos. Yo jamás confíe en él, pero necesitaba un cambio.

No cambié. Sin embargo, ahora tengo a Luisa aquí a mi lado, ya estamos juntos para siempre, los dos en esta prisión... Nunca saldremos; nunca dejaremos entrar a nadie...

1.6.11

Luces de la ciudad

Era madrugada cuando Fulgencio tomó la mochila que había preparado la noche anterior con la ropa que necesitaría mientras se establecía en su nueva vida. Aprovechó la persistente oscuridad y se paró juntó al nogal que crecía a pocos metros de su casa y que durante el verano era el mejor sitio para atajar el Sol que pegaba con toda su intensidad a medio día. Miró al cielo y se llevó como última imagen las estrellas, pues le habían contado que una vez en la ciudad, las luces de las casas y los autos ,no le permitirían verlas como las veía en su pueblo. Una vez capturada la imagen en su memoria comenzó a caminar por donde le habían dicho llegaría más rápido a la ciudad.

Caminó casi tres horas y a Fulgencio le parecía que estaba en un viaje interminable. No quería ir a la ciudad y, sin embargo, no había nada que necesitara más, su futuro y el de su familia dependia totalmente de que él pusiera a prueba los conocimientos de mecánica que había adquirido reparando tractores y ahora utilizaría reparando automóviles.

Antes de que anocheciera su madre le había dicho que volviera siempre que pudiera, su hermana que esperaba algún día poder alcanzarlo y conocer otra realidad y su padre no dijo nada, simplemente le dió su bendición y un beso en la frente, pero cuando estaba tomando su maleta escuchó que le decía desde su cuarto que jamás decepcionara a su familia.

Recordaba esto y las estrellas cuando detrás de una colina vió un resplandor gigantesco. Aún faltaba más de una hora para que amaneciera y, sin embargo, la ciudad estaba tan iluminada que parecía ser de día. Fulgencio cerró los ojos y caminó el último tramo de la colina y la entrada a la ciudad completamente ciego, aunque la luz lograba colarse entre sus párpados.

Esta luz le indicó que estaba ya dentro de la ciudad, pues, inclusive con los ojos cerrados, no veía oscuridad. Lentamente abrió los ojos para ver por primera vez la ciudad. Poco a poco, milímetro a milímetro, la luz fue entrando más violentamente hasta que los abrió por completo y una insoportable ceguera producto de los anuncios espectaculares, luces de calle y automóviles que comenzaban a salir rumbo a su trabajo.

Pasaron cinco segundos y la ceguera había cedido para descubrirle un mundo que jamás había imaginado, enormes construcciones de ladrillos y cemento le rodeaban, anuncios de todo tipo, infinitas invitaciones a comprar con el dinero que estaba dispuesto a ganarse, el quería esa vida que le presentaban, quería conocer esas mujeres hermosas, quería vestir elegantemente, jugar en los casinos, manejar un auto deportivo, conocer ese nuevo restaurante, disfrutar de las acciones del gobierno que a su pueblo jamás habían llegado, pero que personas de la ciudad afirmaban estar disfrutando, inmóviles enmarcados y alumbrados perpetuamente para persuasión de los conductores.

Siguió caminando y entró a una calle mucho más iluminada. Sin embargo, todo parecía mucho más oscuro, anuncios de modelos bailando, hombres jóvenes y adultos vomitando en la calle, un vagabundo recostado en el piso con la mano suplicando un poco de dinero, mujeres semidesnudas que le decían “papi” “¿qué quieres que te haga?” “prueba un poquito de esto” y otras frases que en los bailes de su pueblo jamás había escuchado de sus vecinas y amigas. Personas reunidas alrededor de muchos automóviles con música que sonaba más que las bandas que había visto en la feria, dos de esos autos arrancaron a gran velocidad y al poco rato se perdieron de vista. También vio luces de muchas patrullas de policía y vio a la gente corriendo a esconderse, a los automóviles salir igual de rápido que los anteriores, ya no brillaba tanto la calle. Los policías se bajaron de sus patrullas comenzaron a agarrar a todas las persona que encontraron cerca y los que no tuvieron tiempo de echarse a correr.

Él se quedó parado, esperando, se le acercó un policía, no reconoció su rostro, tenía los ojos nublados, la calle ya no brillaba para nada, solamente unos cuantos destellos rojos y azules, un movimiento súbito, un golpe seco en la mejilla derecha, un revés del oficial.

El mundo giró noventa grados, el oficial perpendicular a la pared, destellos rojos y azules sobre un pequeño charco que se formaba en el suelo, crecía lentamente hasta llegar a un punto donde no distinguía nada, otro golpe seco y completa oscuridad.

Lo despertó el sonido y el dolor en su espalda, su cama era de piedra y escuchaba a dos personas hablando del partido del domingo, abrió los ojos, no vio nada, los cerró, abrió, cerró y volvió a abrir y nada, la oscuridad persistía, gritó pidiendo ayuda y solamente recibió “cálmate maldito delincuente, nada más que contactemos a tu familia y sabrán qué clase de hijo tienen”.

No veía nada, sin embargo recordaba, las caras de su familia, los escuchaba despedirse de él, los ojos ilusionados de su hermana, la sonrisa de su madre y la bendición de su padre, el nogal, el calor del verano y la sombra, luces a las que estaba acostumbrado, en cambio, la ciudad lo había dejado ciego, entonces recordó las estrellas, esa última imagen de su pueblo y el camino y con lágrimas intentó lavar la oscuridad.

28.5.11

Mi voz ha cambiado

Mi voz ha cambiado.
Ahora hablo infantilmente agudo, todo culpa de un pequeño, amarillo y torpe pollo que se le ocurrió saltar desde un segundo piso mientras yo dibujaba un tremendo bostezo de león en mi boca y en el momento en que el aire entraba en mi garganta entró acompañado del sujeto amarillo.
Por un momento sentí que me ahogaba, pero hice todo lo posible por sacarlo o comerlo, lo que pasara primero. Entre varios cofcofs piopios y argargs el pollito por fin decidió por un destino, lamentablemente ese camino lo llevaba directamente hasta mis intestinos.
Acababa de comerme un pollito vivo y amarillo que me había dejado como único y último vestigio su voz atorada en mi garganta.
Cuando creí que hasta ahí llegaría la historia del pollito llegó una gallina ya entrada en años a reclamarme la muerte de su hijo y como buena madre lo hizo con toda la violencia que puede generar en ella la pérdida de uno de sus retoños.
Picó y luchó contra mis piernas, enfurecida exigiendo le devolviera a su pequeño que se encontraba en un viaje cuyo unico destino era mi estómago por lo que sus súplicas eran inútiles.
Al ver que nada podía hacer llamó al padre del pollito para ayudarle a luchar por el producto de su amor, pero lamentablemente llegaron al llamado un gran pavorreal y un viejo pero valiente gallo.
Estos dos supuestos padres se vieron a los ojos y comprendiéndose engañados comenzaron a luchar entre ellos. La gallina, avergonzada, intentaba separarlos cacareando los argumentos de su engaño.
Que si el pavorreal es mucho más guapo, que es joven, que hace mucho tiempo alguien no me quería de esa manera, que todavía te amo, que fue solamente un desliz, que prometo no volveré a verlo, que ellos no son sus hijos pero podemos intentar tener otros nosotros, hasta que el gallo triste se fue de la escena y el pavorreal, lleno de culpa, lo siguió.
Todo esto sucedía mientras los pollitos que habían visto a su hermano saltar se alborataban entre piopios de tristeza por la reciente muerte del más pequeño de ellos y la sorpresa de saberse bastardos y sin padres después de tal episodio.
Su madre intentó calmarlos y entre tanto alboroto yo alcancé a tallar en un árbol la siguiente frase “aquí murió digno un pollito que se atrevió a saltar a lo desconocido con el simple deseo de conocer”. Puse la fecha correspondiente y me fui procurando no hacer ruido para no exaltar de nuevo a la avergonzada madre.

21.5.11

Porque todos somos poetas LXI

Te escribí un poema
Es un poema que parece una carta
Todo porque en las noche me atormenta tu ausencia
Y decidí con letras expresar lo que siento
Aunque ni a letras llegaron pues no pude escribirla
Y contraté un escribano
Al cual también has atormentado
Pues en el oficio de escribir el poema que parece una carta ha descubierto el amor y en botellas de ron constantemente te ha estado buscando
...la verdad es que yo soy el escribano
Y escribo este poema que parece una carta borracho
Porque atormentado por el yugo de tu ausencia he descubierto que lo único que nos mantiene cerca es lo que escribo
Porque escribiendo quiero proponerte un contrato
Un simple negocio,
Un intercambio de besos
Pues en mis sueños te he besado
Y en la constitución de mis sueños un beso robado debe de ser cobrado durante cualquiera de los días donde los que celebran este contrato se encuentren
Y la verdad es que le doy muchas vueltas al asunto
Y que todo se resolvería con un simple te extraño
Y aunque hace tanto tiempo que no estamos juntos
Te escribo un poema que parece una carta y que podría resumirse con dos simples palabras
“Te amo”

17.5.11

Por que todos somos poetas LX

Dónde se nos quedó el camino
En qué momento se nos fue la vida
Cuándo decidimos no soñar más
Por qué dejamos nuestra historia tan perdida
Si antes nuestros ojos se encontraban
Y nuestros labios nada decían
Y nuestros brazos interpretaban
Y nuestros sueños contradecían
Y amanecíamos de la mano
Y fingíamos que era mentira
que un amor como el nuestro
en la realidad jamás existiría
Y en un momento se nos perdió la vida
Y decidimos dejar de amarnos
De amarnos a escondidas
Pero ahora era muy tarde
Ahora tú has llegado al lugar de dónde, me dijiste, jamás regresarías

1.5.11

Porque todos somos poetas LIX

¿Quién soy?
Si supiera no tendría sentido la vida
Pues solo suponerlo la limitaría
Y me dejaría enajenado y sin vivirla
¿Quién soy?
El instante en que nací fui ser humano
Posteriormente he sido transformado
Por educación y cultura que ahora son pasado
Sin embargo, el pasado queda.
Y vuelvo a preguntarme: ¿Quién soy?
Sin importar lo que responda
Sin importar ya lo que haga
Sin importar lo que escriba
Y si no importara nada
Yo seguiría siendo
Mientras dejo de ser lo que siempre he sido
Para convertirme en lo que seré
Y estoy siendo
Pero nada importa
Porque sea lo que sea necesito atreverme a dejar de serlo para que todo mejor sea.

23.4.11

Porque todos somos poetas LVIII

Te pediré que no toques más esa canción
Que no me seduzcas con tu jazz
Que no seas más mi perdición
Que no me invites a bailar
Que no veas más mi corazón
Que no nos gane este compás
Que no nos entreguemos a este son
Que no me vuelvas a hipnotizar
Que no me acaricies sin acariciar
Que esta noche no te dejes besar
Que no se pierda el espacio entre los dos
Que con tu música no me vuelvas a enamorar...

21.4.11

Porque todos somos poetas LVII

En estas fechas me da por extrañar
Y a ti te da por aparecerte en mi camino
Estás aunque no estés conmigo
Y al corazón jamás voy a ganar
En estas fechas sólo puedo recordar
Y en estás fechas por ti vivo
Constantemente olvido el olvido
Mis manos y labios comienzan a temblar
En estas fechas me vuelvo a enamorar
Aunque tengo que admitir que ya no te conozco
Aunque cada que te veo te descubro un nuevo rostro
Y en un cuerpo diferente te vuelves a entregar
En estas fechas quiero llorar
Porque sé que no estaremos juntos
Porque sé que todo esto es absurdo
Porque estas fechas...
...al carajo con las fechas
Todo el puto año se me va en extrañar...

18.4.11

Porque todos somos poetas LVI

Tienes ojos de escopeta
labios de revólver
manos de navaja
y brazos de come closer
Tienes cuerpo de anhelo
cabello de forever
cintura de revuelo
y piernas be my lover
Tienes ponzoña en las arterias
manando por los poros
a ti mis besos todos
yo me muero cuando quieras
Dispara tu mirada
recárgame un beso
que me lleve la chingada
lo que sea por tus excesos.

16.4.11

Porque todos somos poetas LV

Quiero inventar un idioma donde todo signifique...

Invéntame un mundo
describe,
palabra a palabra
lo que en éste lugar,
mientras estamos desnudos,
intentamos descubrir
hasta que nos descubra el alba.

Inventa una historia
que contemos en algún otro idioma
imaginado en lo oscuro de la alcoba
cuando siameses nos vemos
y te explico lo que soñaba
sin protección de la ropa.

Inventa las reglas,
de aquello que creemos un juego:
Despertarnos para vivir algo alterno
y regresar cada noche
y soñar,
lo que sea que soñemos,
y destruiremos las reglas
porque jamás hicieron falta,
porque ese sueño,
y ese mundo,
y esa historia,
mientras nos besamos,
seguirán siendo eternos.

9.3.11

Sujeto, verbo y complemento...

Las palabras poco a poco me abruman, me absorben, hasta que, por voluntad propia me transformo en literatura, en ficciones, en miles de cuentos que rigen mi manera de actuar en la realidad.

Ese día las palabras se alimentaban de mi, se robaban mi vida, a cada instante entraban por mis oídos y destrozaban toda la cordura, formando de mi mente una orgía de asociación libre de ideas: soy un soñador, los sueños no son realidad, la realidad duele, no quiero que duele, pero los sueños no pueden entrar en la realidad, mi destino es el dolor.

Poco a poco fui cayendo en su juego, poco a poco fui dejando que se apoderaran de mi alma, mi alma es víctima de las palabras.

Sin embargo, cuando mi mente decide vencer la dictadura textual de mi alma, ordena a mi cuerpo escribir, en una hoja, en una computadora, en la pared, llenar todo espacio vacío con palabras, con todas las palabras imaginadas y aún por imaginar, a transformar esta realidad con verbos, sujetos, adjetivos, adverbios, artículos, con todas las formas en que las letras puedan acomodarse para darle sentido a lo que estoy escribiendo.

Solamente entonces me doy cuenta de la belleza atrapada en mi mente, la belleza en potencia, la capacidad de estas palabras de generar arte, de ser una historia, de que, por lo menos, a una persona le haga ver la realidad de una manera diferente y la lleve a una nueva felicidad.

Entonces, y sólo entonces, podré ser feliz, tendré el alma vacía de palabras y habré llenado otra con palabras, que por el simple hecho de cambiar de sujeto cambian su carga de valores y si en mis sueños establecían una dictadura en los demás resignificarán la libertad.


23.1.11

Porque todos somos poetas LIV

Dile que la extraño si duermo acompañado

Que a pesar de todo la beso en otros labios

Que solamente aparece en los sueños más pesados

Que como ella, nadie me ha entregado corazón y alma de contado


19.1.11

Porque todos somos poetas LIII

Regálame tus ojos para convertirlos en poema,
o dame tu rostro por completo para dejarlo entre versos.

Describiría tu mirada con letras de agua marina cuyo azul tranquiliza,
con movimientos de pestañas como olas mis penas
e intentaría imaginarte y escribirte,
aunque solo te recuerde por los momentos que pasaban entre besos
y estos recuerdos provocan que corra más rápidamente la sangre del corazón que te recuerda hasta mis venas.

Regálame una sonrisa y la transformo en un cuento
que narre la historia de dos personajes que se aman incondicionalmente
y que dichos personajes sean tus labios color rojo brillante
y con ellos pueda regalarle a un sinfín de lectores un agradable momento
en el cual recordaran los bellos labios en los que dieron su primer beso.

Déjame describirle al mundo tu cuello y tu frente,
la diferencia entre un beso paterno y uno de amante,
la manera en que espero la unión entre tu cuello y mis labios paciente
y la espera que me mantiene despierto pensando en tenerte.

Sólo regálame tus ojos,
una mirada y un guiño como señal que me amas,
tus ojos en una postal cuya única firma sea el carmín de tus labios,
tu nariz y mejillas en contraste con el azul del cielo en tu alma
y con toda la belleza que de tu cuerpo emana...
intentaré hacer obras literarias.

13.1.11

El amor jamás será propiedad privada

Después de un tiempo él decidió dejar a esta nueva mujer en su vida, ya había compartido suficiente con ella para abandonarla sin explicación alguna.
Sin embargo, como todas las mujeres de su vida, ella también exigió una explicación, la cual resultaba imposible si no habitaba la mente de aquel que la dejaba.

- ¿Por qué te vas?

- Todos tenemos alguna Maga que seguiríamos desde Paris hasta donde nos llevase, aunque jamás la encontrásemos, esto es lo único importante, saber que jamás alcanzaremos por completo a aquello que nos hace estar moviéndonos, si lo alcanzáremos ¿a dónde caminaríamos después?
Yo necesito seguir caminando, seguir mirando y descubriendo, seguir aprendiendo y viviendo, entonces podré decir lo que verdaderamente persigo y si eres tú quizás vuelva, sin embargo, no prometo nada, pues la casualidad me trajo hasta aquí y ahora no sé hasta dónde me lleve.

- ¿Quién es esa tal “Maga”? ¿Por qué tuviste que engañarme? Yo sólo te pedía fidelidad, tú fuiste el que juró que me amaba, que sólo a mi me amabas y ¿qué me demuestras con esto? ¿Acaso no soy lo suficientemente importante para ser tu destino y no nada más un momento en tu camino?

- Pensaba que mi Maga eras tú, pero ya me es imposible pensar que alguna vez me fue posible amarte.

- Después de mucho caminar... promete que regresarás

- Lo haré, en otro cuerpo y con otro nombre, no hace falta que yo esté aquí, yo sólo fui un medio para que conocieras el amor, así como tu fuiste mi medio, hoy ya no me llevas a ese lugar que antes me llevabas.

Otra mujer lo estaba odiando, otra mujer igual a todas las mujeres de su pasado, otra mujer igual a todas las mujeres de su pasado, no era un cliché, ni una tradición, era la voluntad de perseguir a algo o alguien que siempre estaba más allá, cuando algo se cruzaba enre esto que perseguía y él, lo que se cruzaba adquiría el valor de lo que perseguía, excepto que este obstáculo era algo alcanzable y una vez que lo tenía no tenía caso seguirlo teniendo.

- Por favor no te vayas

- Y ¿Qué haría aquí?

- Amarme

- Jamás podré volver a amarte porque te estoy amando en otra persona.

11.1.11

Mi camino

Apenas está comenzando el camino y la mayoría es para arriba, muy difícil de caminar.

Recuerdo, que cuando era pequeño veía el camino por completo, si me esforzaba podía ver donde termina, al final aún veo una luz, pero de lo de más poco a poco me fui olvidando de cómo verlo, ahora no puedo ver del camino más que dónde daré mi siguiente paso.

Éste no es un camino solitario, en él me he encontrado con un sinfín de personas, algunos con más frecuencia que otros, algunos sólo entraron y salieron, pero muchos llenaron de luz mi vida para ayudarme a ver más lejos.

Esta gente tiene una extraña cualidad, pueden brillar solamente un tiempo, durante ese tiempo su camino y el mío se unen, pero después se separan y su luz se apaga para mi, dejándome con tristeza, memorias y una pluma que siempre conservo, estas plumas son tantas que la bolsa en que las guardo está llena y es necesario otra bolsa.

Son plumas de ángel.

La luz que veo al final del camino a pesar de la neblina es una estrella, debe de serlo porque se ve demasiado alto, a veces me quedo mirándola y si lo hago por el tiempo suficiente yo también irradio luz y el mundo, desde mi perspectiva, se llena de paz.
Sigo caminando, cada vez más inclinado, siento ganas de rendirme y dejar de caminar, de jamás volverlo a intentar, pero un brazo de alguna persona de luz me ayuda a impulsarme y si en verdad es muy difícil pasar por este lado me siento junto a esta persona y contemplo mi estrella hasta dormir.

En mis sueños aparecen todos los que me han dejado plumas en el camino, todos brillan, nada que haya visto antes brilla como ellos, ellos son mi estrella y en mis sueños los veo para despertar lleno de luz y fuerza para seguir caminando, con mi luz ilumino hasta otros caminos de otras personas que se acercan a mi, pero me detengo después de caminar un momento, hay un precipicio, no hay más camino, sin embargo estoy muy lejos aún de la estrella, aquellos a los que iluminé se alejan, ellos también dejan una pluma.

Saco las plumas de mi mochila y las uso de cama, a la orilla del precipicio pero viendo a la estrella.

Duermo.

Sueño que las plumas se vuelven parte de mi, son mis alas, cada pluma tiene un nombre inscrito en ella, cada pluma es una persona, las alas, por ende, brillan, puedo ver hacia atrás, todo lo que he caminado, lo que me ha llevado al lugar donde estoy.

Volteo a mi estrella y las alas se mueven, comienzo a volar, hacia la luz que siempre he seguido.

Despierto y ya no hay precipicio, el camino se sigue formando, pero si tengo alas, sin embargo decido no volar, sería un insulto al camino volar, pero sería un insulto a todas estas personas arrancarme las alas.

Una pluma se cae, la levanto del suelo, la miro y me siento a analizarla, del fondo de mi mochila tomo un tintero, las plumas no sirven solamente para volar.

4.1.11

Teoría de las vidas complementarias

La tierra es pasión y el cielo razón y sólo interactúan por medio del Sol, que durante el día deja caer su calor permitiendo que surja la vida en todo lo que necesita de su calor para vivir, pero también da luz para que todos cumplan sus rutinas y trabajos para que el mundo siga en movimiento.

Sin embargo, durante la noche el Sol se mete bajo la tierra y no da luz pero su calor llega más facilmente a los humanos para que origine nueva vida, este calor viene del interior del humano ya que se crea en el interior de la tierra, dejando al cielo como espectador de tal espectáculo de amor con sus ojos que llamamos estrellas.

Los humanos durante el día vivimos y en las noches dormimos para ver otra vida que pasa en nuestros sueños, por ende, la persona que vive la vida que soñamos sueña con nuestra vida.

La vida de nuestros sueños será pasión por que el calor que la genera viene de la tierra, así como la que llamamos vida real será razón por ser de un calor más lejano, pero será a la inversa para quien vive en los sueños.

Las vidas son complementarias y por lo tanto se buscan entre si, anhelándose mientras duermen. En caso de encontrar a la persona de nuestros sueños en lo que llamamos realidad, el mundo se detiene por breves 5 segundos, en este tiempo se organiza, todo vuelve a estar bien para, posteriormente, tener solamente un instante de paz, una vez descompuesta esta paz las vidas deberán volver a separarse para continuar anhelándose todas las noches.

En caso de no separarse estas vidas deberán enfrentarse al caos sin ninguna esperanza de paz con el único anhelo de que estando juntas las vidas podrán encontrar el equilibrio entre el cielo y la tierra, para lo que es necesario aprender a volar.

2.1.11

El juicio

Sonríe, camina tres pasos, uno adelante, uno da la vuelta y el último regresa al mismo lugar donde había empezado, hace lo mismo en sentido contrario, enfrente de él hay una silla, a su alrededor las paredes grises de un cuarto, 3x3, sobre él una gran lámpara iluminando la silla, se sienta en la silla, frente a él ahora se mueve una sombra, imitando la manera en que él caminaba antes de sentarse, la sombra comienza el interrogatorio.

- Explica como llegaste a hacer lo que hiciste
- Yo no hice nada
- Explica como llegaste a hacer lo que se te acusa de haber hecho
- ¿De qué se me acusa?
- Asesinato
- Yo no recuerdo haber matado a alguna persona
- No lo mataste, está muriendo
- ¿Quién es?
- Tú deberías saberlo, tú lo llevaste a donde está ahora
- ¿Quién es?
- Aquí yo hago las preguntas ¿Qué hacías el martes pasado?

Sudor corre por su frente, sigue a la sombra pero no lo distingue, está sentado sin estar atado a la silla pero no puede levantarse, está muy cansado para recordar…

- Depende la hora que importe para la respuesta que buscas
- Apenas había oscurecido
- Entonces caminaba, serían como las siete de la tarde, caminaba del centro a mi casa
- ¿Dónde vives?
- Un fraccionamiento cerrado, cerca de la autopista al sur de la ciudad, a unos 35 minutos del centro en auto
- ¿Por qué caminabas entonces?
- Había perdido todo mi dinero el lunes, apostando, tuve que vender mi auto, se acercaba el fin de mes y necesitaba recuperar un poco de lo que había perdido

Aún no recordaba que había pasado el martes después de llegar a su casa, pero vivía sólo, no podía haber nadie a quien hubiera matado ese día, mucho menos los días posteriores, aunque de ellos no recordaba nada.

- ¿Cuánto tiempo tardaste en llegar a tu casa?
- Dos horas y media
- Y cuando llegaste ¿qué hiciste?
- No recuerdo

La sombra le arroja unas fotografías donde reconoce el piso de su casa manchado en sangre, un cuerpo bocabajo, en otra encuentra un cuchillo que siempre usaba en la cocina tirado en el piso y una tercera que en primer plano tenía el cuerpo, después el cuchillo y al final una puerta abierta, todo en una misma fotografía de izquierda a derecha y con mucha sangre de por medio.

- ¿Ahora recuerdas?
- Aún no
- Estás seguro
- No, además no quiero recordar

Más fotografías, una con la puerta de su casa atravesada con un cuchillo que mantenía una nota a la altura de la cabeza humana, en la nota sólo estaba el símbolo de los dólares, la puerta estaba entreabierta.

- ¿Por qué no quieres recordar?
- Sé quién es ese hombre
- ¿Al qué asesinaste?
- No está muerto

Una última fotografía donde los médicos llevan el cuerpo en una camilla, la cara se distingue borrosa, la ambulancia bien iluminada y los médicos se observan claramente.

La sombra espera a que él termine de analizar las fotografías y se acerca a la luz, él puede ver claramente la cara de la sombra y del impacto se cae de la silla, en la sombra se reconoce como si viera un espejo, durante la caída se da cuenta de lo que había olvidado, en su brazo está una aguja alimentándolo de suero, la silla es una cama y la luz que lo ilumina es demasiado blanca, una vez en el piso abre los ojos, nota a enfermeras y doctores a su alrededor, siente en su cuello con su mano derecha, tiene puntos, mientras baja la mano se da cuenta de que tiene una pequeña cicatriz en la intersección que se forma en el lado inverso del codo, recuerda las fotografías, el cuerpo estaba vestido con la camisa que él acostumbraba llevar al trabajo, había decidido cometer asesinato, o correctamente dicho suicidio.