La tierra es pasión y el cielo razón y sólo interactúan por medio del Sol, que durante el día deja caer su calor permitiendo que surja la vida en todo lo que necesita de su calor para vivir, pero también da luz para que todos cumplan sus rutinas y trabajos para que el mundo siga en movimiento.
Sin embargo, durante la noche el Sol se mete bajo la tierra y no da luz pero su calor llega más facilmente a los humanos para que origine nueva vida, este calor viene del interior del humano ya que se crea en el interior de la tierra, dejando al cielo como espectador de tal espectáculo de amor con sus ojos que llamamos estrellas.
Los humanos durante el día vivimos y en las noches dormimos para ver otra vida que pasa en nuestros sueños, por ende, la persona que vive la vida que soñamos sueña con nuestra vida.
La vida de nuestros sueños será pasión por que el calor que la genera viene de la tierra, así como la que llamamos vida real será razón por ser de un calor más lejano, pero será a la inversa para quien vive en los sueños.
Las vidas son complementarias y por lo tanto se buscan entre si, anhelándose mientras duermen. En caso de encontrar a la persona de nuestros sueños en lo que llamamos realidad, el mundo se detiene por breves 5 segundos, en este tiempo se organiza, todo vuelve a estar bien para, posteriormente, tener solamente un instante de paz, una vez descompuesta esta paz las vidas deberán volver a separarse para continuar anhelándose todas las noches.
En caso de no separarse estas vidas deberán enfrentarse al caos sin ninguna esperanza de paz con el único anhelo de que estando juntas las vidas podrán encontrar el equilibrio entre el cielo y la tierra, para lo que es necesario aprender a volar.
1 comentario:
Interesante.
Pues te diré que yo funciono mejor de noche.
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