11.1.11

Mi camino

Apenas está comenzando el camino y la mayoría es para arriba, muy difícil de caminar.

Recuerdo, que cuando era pequeño veía el camino por completo, si me esforzaba podía ver donde termina, al final aún veo una luz, pero de lo de más poco a poco me fui olvidando de cómo verlo, ahora no puedo ver del camino más que dónde daré mi siguiente paso.

Éste no es un camino solitario, en él me he encontrado con un sinfín de personas, algunos con más frecuencia que otros, algunos sólo entraron y salieron, pero muchos llenaron de luz mi vida para ayudarme a ver más lejos.

Esta gente tiene una extraña cualidad, pueden brillar solamente un tiempo, durante ese tiempo su camino y el mío se unen, pero después se separan y su luz se apaga para mi, dejándome con tristeza, memorias y una pluma que siempre conservo, estas plumas son tantas que la bolsa en que las guardo está llena y es necesario otra bolsa.

Son plumas de ángel.

La luz que veo al final del camino a pesar de la neblina es una estrella, debe de serlo porque se ve demasiado alto, a veces me quedo mirándola y si lo hago por el tiempo suficiente yo también irradio luz y el mundo, desde mi perspectiva, se llena de paz.
Sigo caminando, cada vez más inclinado, siento ganas de rendirme y dejar de caminar, de jamás volverlo a intentar, pero un brazo de alguna persona de luz me ayuda a impulsarme y si en verdad es muy difícil pasar por este lado me siento junto a esta persona y contemplo mi estrella hasta dormir.

En mis sueños aparecen todos los que me han dejado plumas en el camino, todos brillan, nada que haya visto antes brilla como ellos, ellos son mi estrella y en mis sueños los veo para despertar lleno de luz y fuerza para seguir caminando, con mi luz ilumino hasta otros caminos de otras personas que se acercan a mi, pero me detengo después de caminar un momento, hay un precipicio, no hay más camino, sin embargo estoy muy lejos aún de la estrella, aquellos a los que iluminé se alejan, ellos también dejan una pluma.

Saco las plumas de mi mochila y las uso de cama, a la orilla del precipicio pero viendo a la estrella.

Duermo.

Sueño que las plumas se vuelven parte de mi, son mis alas, cada pluma tiene un nombre inscrito en ella, cada pluma es una persona, las alas, por ende, brillan, puedo ver hacia atrás, todo lo que he caminado, lo que me ha llevado al lugar donde estoy.

Volteo a mi estrella y las alas se mueven, comienzo a volar, hacia la luz que siempre he seguido.

Despierto y ya no hay precipicio, el camino se sigue formando, pero si tengo alas, sin embargo decido no volar, sería un insulto al camino volar, pero sería un insulto a todas estas personas arrancarme las alas.

Una pluma se cae, la levanto del suelo, la miro y me siento a analizarla, del fondo de mi mochila tomo un tintero, las plumas no sirven solamente para volar.

No hay comentarios: