Cine para imaginar. Así se llama el nuevo proyecto en el que estoy trabajando y que, sin querer, ha compartido tiempo con todas las demás actividades orillándolas a los vestigios de mi día más ocasiones de las que deseo. Sin embargo, lo disfruto.
Es por eso que hoy, cuatro días después del cumpleaños oficial de este blog, estoy escribiendo unas cuantas letras que le debía desde hace algunas semanas.
Escribir es una necesidad, y se vuelve una adicción de la que sabes que no puedes escapar cuando te das cuenta que no puedes hacer nada más. Que es la única manera de reivindicar tu alma rebelde al negar todas las profesiones coherentes con las necesidades de la realidad actual.
Escribir es una adicción. un poema y todo está perdido, un día me di cuenta de que jamás podré amar a alguien enteramente pues mi principal amor será la literatura. Poema tras poema afirmaré los sentimientos que en mí libera y que han sido negados a una gran parte de la sociedad.
Escribir es una habilidad que tenemos pocos, por lo tanto hay que cuidar y practicarla, para que no se pierda esta capacidad y nos superemos a diario en esta competencia de crear una historia más profunda, con mejores figuras literarias y que de un momento a otro ayude a robar o recuperar el aliento a cualquiera que la lea.
Escribir es jugar a "mira lo que yo puedo hacer con las letras y tú no". Es un juego egoísta. Un juego donde, a pesar de la competencia, ganan autor y lector.
Escribo porque lo necesito, porque mi cuerpo me exige imaginar. Pero hoy no escribo, hoy escucho y escucho y vuelvo a escuchar el mismo cortometraje que he estado editando y que, a través de mis palabras, ayudará a imaginar.
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