Quizás todo empezó con el cielo estrellado, el frío y un abrazo, rodeados de nada además de los árboles y la gente cantando, con una sonrisa esporádica y correspondida, la risa compartida y otro abrazo.
Después una despedida, no definitiva, confusión y lucha contra el destino, esporádicas conversaciones y una severa disminución en la dosis de sonrisas.
Sin embargo, la predeterminación del destino no fue tan determinante o no fue tan determinante, o no fue tan manipulable como había considerado y terminé donde había empezado, aún recordando esa sonrisa.
Separados pero aún con breves y muy pocos encuentros y mensajes, aún existía el sentimiento y daba pistas de lo que llevaba tanto tiempo esperando.
Un día después de seis meses de distancia y con un encuentro programado pero no planeado como sucedió, nos volvimos a encontrar, con frases como “te extrañaba” “¿cómo has estado?” y una breve recapitulación de lo sucedido estando lejos, decidimos ir al parque y sentarnos en una banca para seguir contando todo lo vivido, otra vez hubo abrazos, otra vez esa sonrisa. La distancia ya no existía y parecía que lo sentido en el pasado nunca dejo de sentirse; ahora se sentía con más fuerza y entre palabras, abrazos y miradas nos tomamos de la mano y con la lluvia, dando vida y energía, nos besamos, recordando lo sentido, la distancia y lo necesario que era este momento.
Después de varios besos decidimos huir, perdernos en labios, abrazos y besos, refugiados de la lluvia y juntos, como desde un principio debió haber sido.
1 comentario:
yo recuerdo ese cuento que no es tanto un cuento :D
Publicar un comentario