23.3.10

Fuente de luz

“¿Quieres que te cuente un cuento?” pregunte con el afán de iniciar una conversación que me llevará a lo más profundo de tu corazón, “sí, quiero que trate de la luna y las estrellitas” y sin dudarlo me puse a escribir todo lo que venía a mi mente.

Dicen que el mundo era demasiado oscuro antes de la creación de dichos cuerpos flotantes aparentemente eternos y variables, ubicados en la zona más alejada de la tierra y sin embargo al servicio de esta.

Los hombres caminaban entre las sombras enfrentando la inmundicia, la ira, el hambre, el frío y el miedo, en especial el miedo, sentimiento casi tan poderoso en el ser humano como el amor, el miedo que no permitía ver todo lo que giraba a nuestro alrededor.

El hombre fue poco a poco inventando cosas como el fuego, la pólvora, la energía nuclear, todo con la intención de usarse en la oscuridad de la noche, sin descubrir que esa oscuridad surgía de la ceguera general provocada por usar estas energías en armas.

El hombre se dedico a culpar a la religión, a los filósofos, a los artistas por encontrar en el mundo de las ideas y lo subjetivo un escape ante la realidad cada día más retorcida y apremiante.

Hasta que un día de la nada aparecieron, en el cielo, como permanecen hasta ahora, las estrellas
y la luna, aparecieron como apareciste en mi vida, aparecieron intentando imitar a tu sonrisa y tus ojos, intentando llenar de luz todas las almas que aún no podían verte como tu las llenarías con tu forma de ser.

No hay comentarios: