Juno
Ella camina a lo largo de la calle, llega a una tienda de autoservicio y se compra una prueba que le revelará su desafortunado destino, siendo esta la tercera con la misma respuesta que las dos anteriores, está embarazada.
Un teléfono de hamburguesa es el intermediario para la conversación entre ella y su mejor amiga, donde ella tiene que decidir si abortará o no a su hijo, producto de una relación sexual con uno de sus mejores amigos.
Esta historia, producto de la mente y los modismos de Diablo Cody y dirigida por Jason Reitman, puede ser la historia de la vida de una gran cantidad de adolescentes en cualquier parte del mundo.
¿Dónde quedó el derecho a la maternidad voluntaria?
En México, específicamente en Ruvirosa, Quintana Roo, una niña vive una historia similar a Juno en que su decisión más importante hasta el momento es si puede abortar al feto que tiene en su interior, producto de un abuso sexual cometido por su padrastro, la niña tiene diez años.
En países como México las autoridades “morales” – léase Iglesia, grupos de señoras de dinero que forman ONGs por el alma de los fetos y políticos de extrema derecha – están de acuerdo en que los bebés como el de esta niña debe nacer, aunque la vida de la niña esté en peligro.
Mientras Juno se enfrenta a este conflicto desde un sentido más de la responsabilidad de la vida y las consecuencias de sus decisiones, la niña de Quintana Roo no puede decidir qué será de su vida, si llegará a tener el bebé poniendo en riesgo su vida y la del producto o salvarse ella y abandonar la esperanza de la pobre alma de un esperma dentro de un ovulo en el que ella no tuvo opción ni responsabilidad.
Ante esto qué queda para las demás personas para prevenir que sigan naciendo niños en un mundo que cada vez da menos para que ellos puedan sobrevivir, un mundo en medio de guerras, crisis económicas, crisis alimentarias, calentamiento global, terremotos, inundaciones, un mundo que nos exige que no lo explotemos más, y así como el planeta el cuerpo de la niña corre el riesgo de explotar si nace un bebé concebido de esta manera.
No me meteré en asuntos morales de particulares por embarazos provocados por mala planeación, pues también la Iglesia tiene una postura de no uso del condón pues no es una relación sexual para procrear, tampoco anticonceptivos y mucho menos pensar en pastillas del día siguiente o abortos, cosas inmorales para los representantes de Dios… me gustaría saber cómo reaccionarán cuando uno de sus miembros embarace a alguna menor violándola…
Las pastillas abortivas no son chocoretas, los condones los regalan, es mucho más fácil planificar que pasar por un momento de decisión como el de Juno, pues es neta que los bebés ya tienen uñas y las razones pueden ser muchas, sin embargo cuando no se tiene la posibilidad de elegir al momento de concebir el aborto parece la mejor opción.
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