Que bello es estar enamorado sin ser correspondido, que bello es sentir la desesperación, que bien se siente llorar riendo, pensar que algún día todo será realidad, pero mantener este día muy lejano, porque el día que eso llega le quita la magia, le quita la ilusión, lo vuelve realidad, y la realidad sólo puede terminar mal.
Que bello es escribir una canción y nunca decir para quien es, que bien se siente llorar ante la letra de una canción que parece tu biografía y te conoce mejor de lo que te conoces tu, y aunque muchas veces lo intentamos no podemos hacer nada por evitar sentirnos así, no podemos hacer nada para cambiar estos pensamientos que consideramos malos.
Es lo ideal escribir algo en lo que creemos demostrarle a esa persona especial cuanto la queremos, cuantas veces intentamos lucirnos con palabras o acciones para al final descubrir que las palabras más sencillas para decirlo son “te quiero” y a la vez estas son las más difíciles de pronunciar.
Por eso contare esta historia, de una mujer, de su desesperación y de la soledad.
Se dice que esta mujer nunca tuvo problemas para encontrar enamorados, ella era simplemente perfecta, y como nunca ningún hombre jamás se le había negado ella no había sufrido por amor, hasta que un día llego aquel que cambio sus estándares, que era diferente, que tenia cierta magia y ocultismo en su mirada, aquel que era tan cambiante, tan confuso.
Después de tanto intentar ella se desespero al ver que este hombre no cedía ante sus sutiles sonrisas, abrazos, guiños, se canso de ver que ni ante las más cínicas demostraciones de afecto el no parecía notarla, decidió organizar una fiesta, invitarlo para poder tomarlo del cuello cuando menos lo esperara y besarlo, para ver si esto era tan perfecto como en sus sueños.
El asistió de acuerdo al plan y cuando estaba a punto de besarlo el se resistió, la empujo y dijo las funestas palabras “¿Por qué lo intentas? Si yo no quiero nada de ti” el golpe destruyó toda la esperanza, pero no hizo nada con el sueño y la ilusión, fingió no sentir tristeza pero sentir ira, y gritó:”quiero que todos se vayan ahora mismo excepto el” y lo señaló, la gente comenzó a salir uno a uno por la puerta y el se quedo mirándola, sin decir una palabra pero hiriendo más que estas.
El dijo “estas tan vacía, crees que todo mereces”, ella rompió en llanto, entre sollozos alcanzó a articular “puedo estar vacía, pero se que con tu amor llenare todos los rincones de mi ser”, el respondió “el amor solo es amor si es correspondido, yo no te amo, me eres indiferente, me tengo que ir, no puedo estar más en este lugar”.
Ella lloraba, “¿Por qué te vas?”, el simplemente camino a la puerta, jamás dijo una palabra, ella hasta la fecha sigue en el mismo lugar, esperando, que algún día aquel de quien siempre vivió enamorada regrese, siempre estaba acompañada por la rutina, el polvo y los años que se fueron anidando en su piel y su cabello, en su ropa, en su casa, en sus sueños. Se le iba la vida en pensar, en soñar con que aquel ingrato algún día regresaría, la abrazaría, la besaría, y le pediría perdón por el tiempo desperdiciado.
Tristemente murió esperando, murió de cansancio de repetir todos los días lo mismo, de tener la casa reluciente para que aquel ingrato enamorado quedara sorprendido al regresar y decidiera que se quedaría con ella para siempre.
2 comentarios:
Que historia tan triste y tiene su moraleja (?).
Mewrecuerda un poco al caso de la mujer que espera al hombre perfecto, mejor quedarse con lo que tiene; obvio no a manera de conformismo.
En fin, creo que ya ni yo me entendí.
Muy bien JR :)
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