26.9.08

El encuentro

VI

El encuentro

“J” camino tanto que sintió que sus piernas estaban hechas de vidrios rotos, armas punzocortantes y realidad, le dolían tanto las piernas que casi se olvida de que estaba viajando a través de su mente, le dolió tanto que olvido por lo que caminaba despues de 3 horas de dolor y siguió caminando nada más por el orgullo, cuando sintió que no podría sobrevivir con el dolor se detuvo a recordar lo que buscaba y una vez que hubo recordado su objetivo decidió volver a su camino pensando que podía encontrar de nuevo a la estrella.
Cuando comenzó a ver luz sintió de nuevo tranquilidad, luz como esta nunca había visto, lo más cercano a esto fue alguna vez una mañana soleada en su ciudad natal, donde en el cielo existían pocas nubes y todas eran de un blanco resplandeciente y el cielo tenia un color azul tan perfecto que se hizo uno de los mejores recuerdos de su niñez, tenia 7 años cuando este cielo lo dejo hipnotizado y se quedo mirando por 3 horas, hasta que el sol se puso en su punto más alto y le ardian los ojos.
Este brillo era completamente diferente a todo lo que había visto, ninguna luz antes le había hecho sentir tan tranquilo, olvido todo el dolor que había sentido en todo el largo camino, vio un millón de árboles que no conocía, eran árboles enormes, de donde salía gente, en ninguno de sus sueños causados por un enorme golpe de imaginación había dibujado gente saliendo de los árboles, el que decía conocer todo ahora veía que el universo se burlaba de el, ahora veía que las cosas pueden existir sin que nos tengamos que percatar de su existencia.
Cruzo este extraño parque-incubadora, y se dirigió a la ciudad, que se veía tan cerca, el brillo la abarcaba toda, el brillo tenia mayor intensidad que la estrella que originalmente estaba dispuesta para iluminar este planeta, buscaría su origen, lo encontraría y lo trataría de entender, sabia que era la luz que había visto desde su ventana, la luz que le daba esperanza y a la vez no lo dejaba dormir.
Cada vez sintió más felicidad, cada vez se sintió mejor, cada vez sintió que la realidad era algo completamente manipulable y algo que no lo podía torturar más, y entonces la vio, vio sus ojos y creyo que estos debían de ser lo que había causado el brillo, ese resplandor capaz de robarle el alma a cualquier mortal, esos ojos capaces de hacerte perder la razón y perseguir un sueño, una ilusión, esos ojos que no puedo describir.

No hay comentarios: